...necesitamos...
- azúcar
- pimientos morrones rojos
Las cantidades variarán según el tamaño de los pimientos y las explico a continuación.
Precalentamos el horno a máxima potencia. Lavamos los pimientos y los colocamos tumbados en una bandeja de horno forrada de papel de horno. Los asamos a mucha temperatura para que la piel se toste pero que la carne no se llegue a secar. Cuando el pimiento tenga la piel tostada los quitamos del fuego y sin dejar que enfríen demasiado (si no la tarea se complica) les quitamos la piel con las manos, poniendo la carne del pimiento para pesar. Esa es la cantidad que determinará el azúcar que necesitamos: La carne del pimiento limpia de piel y semillas y ya asada.
Cuando tengamos el peso haremos una sencilla proporción. Para 500 g de carne de pimiento necesitamos 200 g de azúcar. El peso de los pimientos lo multiplicas por 200 y lo divides de 500 y así sabes cuánto azúcar usar.
Una vez que están las medidas aclaradas, troceamos la carne del pimiento en trozos, del tamaño que querais encontrarlos en la mermelada (yo no suelo cortarlos muy pequeños), y los echamos en un cazo con el azúcar y los ponemos a fuego muuy bajo. Puede tardar una hora en hacerse, dependerá del fuego. Lo removemos y veremos que pronto el azúcar se derrite y aparece mucha agua en el cazo. Ese agua se irá evaporando hasta que la mermelada esté hecha.
¿Cuándo sabemos que está lista? Pues yo tengo un truco. Tocamos la mermelada con un dedo y lo pegamos a otro y si al separarlos se hace un hilito como el que hace el queso de un sandwich (no tan resistente, claro está :) ) es que la mermelada está perfecta.
Cuando la sacamos del fuego nos puede parecer que está un poco líquida de más pero al enfriarse se pondrá mas espesa. Si nos quedásemos cortos en la cocción siempre podremos volver a reducirla un poco más pero si nos pasamos, no tendrá solución. Asique sed cautos amigos cocineros!! :)
QUE LA DISFRUTEIS!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario